lunes, 5 de marzo de 2012

57 años de Fe y Alegría

Fe y Alegría cumple 57 años de fidelidad inquebrantable al pueblo más pobre y esfuerzo sostenido por brindarle una educación de verdadera calidad. Los fundadores de  Fe y Alegría tenían muy claro que la educación sólo  sería medio de superación y dignificación si era una educación de calidad: “La educación de los pobres no puede ser una pobre o superficial educación; buscamos la mejor educación para los que están en condición peor”, fueron consignas del P. Vélaz que, desde los orígenes,  han iluminado los esfuerzos y búsquedas de Fe y Alegría. 

Lograr calidad educativa en contextos de marginalidad y de pobreza sólo sería posible si la  escuela  compensaba las desigualdades sociales de origen y brindaba a los alumnos los medios necesarios para garantizar su aprendizaje, medios  que los alumnos más privilegiados tenían en sus casas. De ahí que ya en las primeras escuelas de Fe y Alegría, y a pesar de no contar entonces con ningún apoyo del Estado, empezaron a funcionar comedores escolares, roperos, dispensarios médicos…, y las puertas se abrieron no sólo a los niños y jóvenes, sino a todos los miembros de la comunidad. Durante el día acudían a clases los niños y los jóvenes, y en las noches y fines de semana los adultos, con los que se iniciaron cursos de alfabetización, capacitación laboral, higiene y salud, economía familiar, atención y cuidado de los hijos, y se organizaron cooperativas de ahorro y de consumo.

Hoy, 57 años después de su nacimiento, Fe y Alegría está presente en 18  países de América Latina, en el más pobre de África, El Chad,  donde casi la totalidad de los alumnos son musulmanes,  en España y en Italia donde ofrece el bachillerato a los emigrantes ecuatorianos. A pesar de sus éxitos reconocidos internacionalmente, y a pesar de que inexplicablemente, sus trabajadores en Venezuela  todavía no disfrutan  de los mismos beneficios que sus colegas de la  educación oficial, Fe y Alegría sigue trabajando con renovados bríos  por garantizar a todos sus alumnos una educación de verdadera calidad. Ello le obliga a reconocer con humildad que necesita  evaluar y mejorar permanentemente  sus prácticas. La complacencia es el peor enemigo del cambio y la mejora.

En este día en la U.E Padre Felipe Salvador Gilij, nos unimos y celebramos con júbilo en la fe en Dios y la alegría de sentirnos orgullosos de pertenecer a tan bonita labor, que cada día nos enseña hacer más humildes y desgastarnos por nuestro prójimo. 



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